
Una hoja rota danza al caer del árbol. Es un baile melancólico, dirigido por la implacable voluntad del viento. Todavía cree en la promesa de una mariposa azul-violeta, que la abandonó mientras dormía. ¿En dónde ha quedado el rocío de la mañana? ¿En dónde se esconde la ternura? La hoja sigue cayendo, sin poder resistirse a la gravedad. La mariposa se ha ido para siempre, sólo queda el recuerdo de su peso, mientras secaba sus pequeñas alas.
Un profundo dolor la ha marchitado. Se sume en un abismo. Se aferra al recuerdo de haber sido una con el árbol, de haber amado un capullo.
La primavera cultivó lo que resistió el segundo invierno y el tercer otoño desgarró. Y después silencio...
El viento se convierte en suave brisa y la hoja aterriza en la pastura, mientras la vida se evapora. ¿Qué invisible fuerza la castiga? La pequeña hoja no conoce las respuestas. Ya no importa. Al perderse en la caída se ha transformado. Ahora vuelve a formar parte de todo.
Un profundo dolor la ha marchitado. Se sume en un abismo. Se aferra al recuerdo de haber sido una con el árbol, de haber amado un capullo.
La primavera cultivó lo que resistió el segundo invierno y el tercer otoño desgarró. Y después silencio...
El viento se convierte en suave brisa y la hoja aterriza en la pastura, mientras la vida se evapora. ¿Qué invisible fuerza la castiga? La pequeña hoja no conoce las respuestas. Ya no importa. Al perderse en la caída se ha transformado. Ahora vuelve a formar parte de todo.

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